Mundial 2022: Donde los sueños se cumplen
Se acabó. Nos despedimos de un nuevo Mundial. Nuestros ídolos de la infancia se marchan por la puerta grande y otros se presentan al mundo como futuras promesas. La nostalgia invade el cuerpo de todo amante del balompié. Resacón en Catar, pero del emocional, del malo, del que te deja unos días en cama.
Ya no hay Mundial, Pirlistas. Miro a la calle y veo la misma monotonía de siempre, no huele a fútbol, no huele a Copa del Mundo. Hoy me he despertado con ganas de un Senegal-Ecuador, de ver diabluras de Pedri, regates de Musiala, pases de De Paul a Messi, atajadas imposibles de Livaković y Bono, tandas de penaltis de Argentina, prórrogas de Croacia, la chilena de Richarlison y el ansiado baile de Paquetá, goles de Gakpo y Mehdi Taremi, remontadas de Japón, tarjetas amarillas de Mateu Lahoz, streams de Luís Enrique… La vida es un poquito menos bonita sin Mundial, es la frase que me ha dicho mi vecino Juan nada más verle por la mañana, le he visto sin ilusión, abatido… dice que no llega al próximo, le he dicho que deje de fumar y de tomarse el carajillo por las mañanas y que verá tres o cuatro más como mínimo, se ha reído y se ha ido.
Ha sido un mes caótico, al principio nadie hablaba de fútbol. La violación de derechos humanos, colectivos perseguidos, miles de fallecidos y la intolerancia mancharon el Mundial por completo. No se podía creer como alguien en su sano juicio había elegido Catar como sede, seguramente el carajillo de Juan se lo tomaron ellos antes de la decisión. Eso dejaba un dilema en el mundo del fútbol, era imposible mirar a otro lado con el lío que había montado, pero como siempre, cuando empezó a rodar el balón todos nos olvidamos de eso. Era injusto, ni los jugadores ni los amantes de este deporte habían elegido manchar la pelota de esta manera, por ello equipos como Irán y Alemania intentaron manifestar su desacuerdo con la FIFA dejando fotos icónicas, como la de los germanos tapándose la boca en la foto de equipo denunciando la falta de libertad de expresión y los iranís callaron durante su himno como canción de protesta. Los de arriba no tardaron en responder que habría represalias para los equipos que protestaran, con ello supimos que el primer partido lo habíamos perdido todos.
A pesar de ello, los partidos seguían y los sentimientos estaban a flor de piel. Las selecciones con menos nombre daban un paso al frente y se presentaban como el que va a una guerra, sin miedo y con la cabeza bien alta para defender a su país. Ecuador y los goles de Éder Valencia. Japón ganando a España y Alemania. Corea del Sur aplastando a Portugal. Arabia Saudí enmudeciendo a toda Argentina. Camerún haciendo historia derrotando a Brasil. Australia pasando a octavos de final… son muchas las selecciones que han demostrado que son merecedoras de estar en una competición de estas magnitudes, y en especial, la mayor sorpresa de todo el Mundial, Marruecos, primera selección africana en llegar a unas semifinales de la Copa del Mundo, con buen fútbol, ganando a España y Portugal, y en boca de todos jugadores como Amrabat, Ounahi, Boufal… que no les faltarán pretendientes en el próximo mercado.
En el lado opuesto estaban las selecciones que no pudieron estar a la altura del torneo. Bélgica y Alemania fueron la mayor decepción cayendo en fase de grupo. Uruguay estuvo a un gol de pasar a octavos de final, pero un tanto de Corea del Sur en el último minuto de partido ante los portugueses dejó a los ‘Churrúas’ a las puertas de la siguiente fase. España ilusionó con el 7-0 ante Costa Rica, pero los penaltis y la falta de gol dejó al conjunto de Luís Enrique fuera de los cuartos de final. Brasil, la favorita, la que enamoró en fase de grupos y octavos, cayó ante el conjunto croata, que consiguió en penaltis frenar la samba brasileña. Y para terminar, Portugal se dejó el billete a la semifinal ante los ‘Leones del Atlas’ y cerró la etapa de Cristiano Ronaldo en las citas mundialistas.
La competición no podía terminar de otra manera. Empezó con caos y terminó con caos. Argentina empezó perdiendo, y acabó ganando. Como aquella España del 2010. Como cuando te deja tu novio el tóxico. Como cuando pasas del vodka al ron cola. Argentina es campeona del mundo. Leo es campeón del mundo. Cualquier persona que sobrevivió a aquella final del 18 de diciembre de 2022 es digna de calificarla como campeona.
Se apagan los focos, se apagan las voces de los aficionados, se apaga el fútbol… y encendemos una vela por los fallecidos, sus familias y toda la gente que sufre la falta de derechos humanos.
Se acabó, Pirlistas. Ya solo faltan tres años y medio para el Mundial de EEUU, donde lucharemos para explicarles que esto es fútbol, no soccer. La Copa del Mundo finaliza pero ‘La Cita Pirlista’ acaba de empezar, no todo son malas noticias, Juan.